Hoy hace 20 años que murió mi bisabuela, la iaia Juana.
I escribo estas líneas sentada en mi escritorio. Situado justo donde ella tenía su sofá y solía rezar a oscuras. Es como si nos hubiéramos fusionado en alguna línea del espacio tiempo.
Ahora que vivo yo aquí, después de tanto tiempo, no necesito siquiera cerrar los ojos para ver cómo era todo, mirar su sonrisa y sentir el olor de su habitación, en la que tantas horas había jugado.
Siempre pensé que ella era la persona más buena del mundo, 20 años más tarde lo sigo creyendo.
Espero que desde allí donde esté me siga dando fuerzas y esperanzas para seguir creyendo en el bien y en la bondad de las personas. Ya que en este mundo también existe el mal más profundo y es difícil no perder la cordura siendo consciente de ello.
Esther-Ruth
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