Y un día dejas de agarrarte esa venda que cubre tus ojos, y un buen día la realidad te ha pegado una bofetada y se ha plantado ante tus ojos, ojos vidriosos, ojos en sangre.
Y un día te das cuenta de que has echado a perder tu vida por intentar contentar y ayudar a aquellos que han agarrado tu esencia, aquellos que han intentado hacerte pequeño, hacerte sentir culpable... Mantenerte en conflicto con todo y con todos. Aquellos que han hecho de ti un ser lleno de temores, que podría haber volado mucho más lejos.
No es amor lo que ha destacado, no. La venda se ha caído hasta el cuello y noto como me estrangula. Posesión, no quiero ser del dominio de nadie, no quiero hacer más favores, no quiero ser la responsable de todo, no quiero ser yo la que empuja del carro una y otra vez, no quiero ser la mediadora, no quiero ser la que aguanta constantemente los desprecios de las serpientes que me rodean. Lo siento, este saco de boxeo ya no aguanta más golpes.
Me afloran heridas que creía superadas, que creía que no tenían importancia o que no conocía. Creí haberlo perdonado todo, pero el dolor persiste en esta angustiosa batalla.
Lecciones y más lecciones, ordenes, sometimiento... No quiero ser vuestra Cenicienta. O vosotros o yo. Por primera vez estoy dispuesta a priorizarme a mi. Desconozco si lo lograré, son muchos años atendiendo vuestras necesidades. Pero merezco todo lo bueno, merezco progresar sin este lastre que me impide seguir evolucionando.
Hay personas que restan... Las palabras bonitas suenan vacías después de tantas puñaladas.
Cada vez que pretendéis volver a agarrarme estoy más distante, más decepcionada. En cada intención de control me alejo, en cada pregunta, en cada mirada estricta, en cada palabra malsonante, en cada burla, en cada exigencia, en cada...
Estoy aprendiendo que no soy de nadie, soy para mi.
Esther-Ruth
Comentarios
Publicar un comentario